
La Universidad por su parte quiere zanjar este asunto lo antes posible para evitar que nuevos bibliotecarios se sumen a la huelga, y ha iniciado un plan de control de libros desordenados que se aplicará a partir del curso que viene. Dicho plan consistirá en la elaboración de una base de datos con las huellas dactilares de todos los alumnos de la UMH, y en función de ellas averiguar el último usuario que ha tocado el libro y no lo ha dejado en su sitio. Las sanciones aún no se han decidido, pero podrían acarrear la pérdida de hasta 3 puntos del carnet de conducir.