Esta mañana, Norberta y Paqui, bibliotecarias de la Universidad Miguel Hernández han hecho saber a la facultad su intención de empezar una huelga de hambre en protesta contra las huelgas de hambre y contra los estudiantes que se dejan los libros desordenados en las estanterías. “Estamos hartas. Ya está bien. Todo el día ordenando para que los niñatos estos vengan aquí a usar libros” declara Paqui, insistiendo en sus quejas. La protesta se realizará en su lugar de trabajo habitual ya que, de abandonarlo, las empleadas perderían su derecho a tener reposapiés durante el resto del año (según el artículo 15 del Código del Bibliotecario).
La Universidad por su parte quiere zanjar este asunto lo antes posible para evitar que nuevos bibliotecarios se sumen a la huelga, y ha iniciado un plan de control de libros desordenados que se aplicará a partir del curso que viene. Dicho plan consistirá en la elaboración de una base de datos con las huellas dactilares de todos los alumnos de la UMH, y en función de ellas averiguar el último usuario que ha tocado el libro y no lo ha dejado en su sitio. Las sanciones aún no se han decidido, pero podrían acarrear la pérdida de hasta 3 puntos del carnet de conducir.
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