martes, 6 de diciembre de 2011

Sorprende a todo el mundo aprobando una práctica que esperaba suspensa


El día había comenzado mal para Miguel Coves alumno de periodismo de la UMH, las dos primeras horas habían transcurrido de forma algo aciaga y se mantenía expectante a la siguiente clase de Comunicación e información escrita (CIE) en la que recibiría la práctica 3, una noticia discursiva. “Durante la semana se había comportado como el típico maníaco de las prácticas, ese que se agobia pero lo deja todo para el último día”, afirma Rosauro Segismundo, compañero de clase. La sorpresa entre la clase fue mayúscula cuando la profesora le entregó su práctica corregida y el estudiante la vio aprobada. “Sabíamos que siempre se hace la víctima, dice que no va a aprobar y luego saca buena nota, pero esto no nos lo esperábamos, le habíamos visto tan convencido esta vez que nos sentó hasta mal que aprobase”, comenta la rubia mayor del fondo de la clase.

El futuro periodista no salía de su asombro al ver las correcciones de la práctica, “las fuentes estaban inventadas, los nombres estaban inventados, de hecho en Elche no hay una fábrica de percheros suizos y aun así saqué un 6,5”. El joven usó una vieja táctica empleada por todos los habitantes del edificio de Atzavares: “utilizo un nombre cualquiera, como Vicente o María, y después le pongo apellidos que parecen ilicitanos como ‘Coves’, ‘Esclapez’ o ‘Serrano’, y así es como funciona el nuevo periodismo”.  Por su parte, sus amigos han decidido no creer más en la palabra de este alumno que por el momento lleva “más o menos guay la carrera”.

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