Ocurría esta mañana en el aula 1.2 del edificio La Galia, Oscar Perelló, profesor de Relaciones Laborales y Recursos Humanos, pretendía ganarse a sus alumnos con el chiste: “¿Qué pasa cuando X tiende a infinito? Que infinito se seca”, y así demostrar que es un profesor enrollado. Pasados unos segundos de tensión, y de forma forzada la primera fila de la clase de Contabilidad se echó a reír como nunca. Oscar, al ver el éxito de su hazaña se arrancó con un “¿cómo se eleva al cubo? pues tirando del asa para arriba”, seguido de: “Me siento hipotenusa entre tanto cateto”, y prosiguió la clase con total normalidad.
Fuentes cercanas aseguran que este hecho, no es un hecho aislado, sino que es el resultado de un constante y elaborado peloteo que facilita los resultados a la larga de ese sector de la clase. “Aquí cada uno tiene sus métodos de aprobar: unos usan la cabeza, otros los codos, y algunos las rodillas” declara un compañero que ha prefierido mantenerse en el anonimato, “yo siempre uso las rodillas”. El profesor no se ha querido manifestar al respecto, y ha asegurado que continuará con sus chistes más típicos “se rían o no”.
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